Un enlace en facebook de mi amiga Adelfa Martín, me permitió leer un artículo de www.vanguardia.com.mx sobre el aumento de secuestros, homicidios, robos con violencia y violaciones sexuales en México.
Cuando comentábamos sobre la necesidad de gritar alto para que esta infamia llegue lejos y sobre la lucha y la conciencia social también necesaria, me llamó la atención sobre su respuesta: "lo difícil que es luchar en un país cercano a los 120 millones de personas".
En este blog podéis ver algunos artículos sobre lo que siempre llamó mi atención, el feminicidio continuo y consentido por las autoridades mexicanas y el silencio internacional sobre esta vergüenza y cuando arrascas un poco, el narcotráfico y los homicidios violentos que no paran de crecer.
Cuando leo cuestiones como que el caso de homicidios de enero a agosto de este año es de más de 23.000 y que la mitad de ellos son intencionados, con armas de fuego, armas blancas y violencia, no soy capaz de imaginar el entorno, el lugar, la ciudad y las calles donde todo esto sucede.
Por eso os traigo las fotografías de los suburbios de la ciudad de México. Con ellas es más facil de entender que la muerte de 50 mil personas al año motivo de homicidios en esta ciudad y estos suburbios, solo alcance algún que otro titular en la prensa mexicana.
Miles y miles de gritos de dolor y familias destrozadas, mujeres y hombres asesinados en una ciudad que parece imbuida en el silencio y en su propia magnitud. Unas muertes que son parte de la normalidad en esa ciudad y esos suburbios cercanos a los 23 millones de habitantes.
Pablo López Luz y sus fotografías demuestran que no hay frontera natural que impida el derrame y la expansión de las construcciones en los suburbios de esta ciudad. Casas y casas apiñadas que parecen alcanzar el infinito.
Si en una ciudad hay cientos o miles de asesinos, de delincuentes y narcotraficantes que no respetan la vida de los demás, la falta de espacio, de infraestructuras, la megaconstrucción extendida y la anarquía sin control son un espacio optimo para que crezca la inseguridad.
Los millones de hogares parecen olas y en ellas perdidos como gotas los ciudadanos indefensos, que sobreviven en la miseria y el trabajo precario conquistando cada día poder vivir esperando no ser ellos el próximo cadáver.
Para ver mejor LA REALIDAD |
Con esas fotografías he podido ver claro el escenario, esos barrios bajos, pobres, marginados y degradados de la ciudad de México. Una definición que cumple perfectamente el significado de suburbio y que con sus cerca de veintitrés millones de habitantes es el caldo de cultivo ideal para esta esta miserable enfermedad humana.
Una expansión urbana así, con insuficiencias viales, con una población desmesurada y con una falta de control cuando no un abandono de las autoridades, se convierte en un espacio para escapar, en un lugar donde sobrevivir hasta poder abandonarlo.
No imagino la vida en un lugar así y por eso considero aún mayor si cabe, la necesidad de hacer llegar el grito de los mexicanos, que denuncian los feminicidios, los asesinatos y los homicidios sin ser escuchados. Hacer de altavoz y de eco a esos familiares de desaparecidos que piden auxilio y depositan su escasa esperanza en investigaciones oficiales que pocas veces tienen resultado.
Fotos de Pablo López Luz
0 comentarios